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Vicente Ferreira

Fotografía: Sharon Herzka

Se extiende una invitación al acto que en memoria de nuestro compañero Vicente Ferreira Bartrina se ha organizado para el día martes 3 de octubre, en el Auditorio Pedro Ripa del CICESE, a partir de las 12:30 hrs. 

Convocan sus amigos Óscar Sosa, Ernesto García, Luis Calderón y Horacio de la Cueva, así como sus compañeros de trabajo del CICESE.

Este blog es un espacio para compartir los mejores recuerdos  y experiencias que vivimos con el gran investigador Vicente Ferreira Bartrina y su familia.


D.E.P.

Comentarios

  1. Ademas de todo lo que se comento hoy en el auditorio Pedro Ripa, hay que agregar que Vicente era una persona con un profundo sentido social participando en el sindicato, donde hizo una gran diferencia en beneficio de todos, cuidando el uso del dinero y participando en las discusiones de TODO, por ejemplo. El sindicato, el CICESE y cada uno de los que lo conocimos estamos en deuda con el; pero tambien agradecidos de haberlo conocido y de contarlo entre nuestros mejores amigos.
    -- Jaime Carlos V.

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  2. Vicente de Frente


    Todos los que conocimos a Vicente Ferreira nos encontramos ante una gran persona. No sólo su persona era grande, su corazón era grande, su conocimiento era grande, su paciencia no parecía tan grande, pero era su mejor truco para impulsarnos a dar ese paso, ese salto, a lo desconocido que nos lleva a nuestra principal razón de ser y estar aquí: conocer y conocernos más.

    Vicente, como pocos, entendía el vínculo inevitable que hay entre el desarrollo académico y el desarrollo personal. Desarrollar una investigación, una tesis es más que un reto académico donde las buenas calificaciones son lo único que debe importar. Es una oportunidad única para ser una mejor persona y ayudar a otros a serla. Vicente aprovechó ese vínculo.

    Estamos aquí en el corazón la academia, aquí donde Vicente llevó a tantos de la mano. Aquí donde todos los que entraban a su cubículo entraban con algunas dudas y salían con más. Pero ya sus dudas eran las soluciones a problemas que les parecían insuperables.

    Con Vicente compartimos lecturas y discusiones dentro y fuera del salón de clases, dentro y fuera del cubículo, en el campo y en la fogata al final del día. No perdíamos oportunidad en nuestros viajes con estudiantes a la biblioteca de Scripps a San Diego o con el Jurado del concurso de ciencia del Colegio de Bachilleres a Mexicali para escuchar el programa más popular de la radio en México, La mano peluda, con sus 14 millones de radioescuchas. La tarea era encontrar una explicación racional a la narración del programa. Es demasiado fácil dejarse arrastrar por las explicaciones sobrenaturales pero irrepetibles y caer en la tentación de lo inexplicable. Cualquier solución material, racional o no, era bienvenida por Vicente.

    Cuando en nuestro departamento la academia pasaba a segundo plano decidimos invitar a investigadores y alumnos a discutir la evolución usando La Idea Peligrosa de Darwin de Daniel Dennet. Para estimular la discusión sólo había una manera de desinhibir el cerebro y la lengua. Había que salir del salón de clases y ejercer la máxima In vino veritas. Las discusiones alimentadas con hectolitros de vino nos dieron a estudiantes e investigadores la oportunidad de conocer la evolución. Sin Vicente la discusión no hubiera deambulado libremente pero sin perder el foco.

    Por la sangre de Vicente y mía también fluyeron sacos y sacos de café espresso antes y después de clase, seminario o examen. Las ideas y las críticas constructivas fluyeron mejor, tal vez con todo el dolor y pánico escénico de alumnos y examinados.

    Vicente Ferreira cuyas manos eran demasiado grandes para el violín, pero le hubiera gustado tocar el violoncello.

    Vicente Ferreira que no temía a la cocina competitiva de bacalao.

    Vicente Ferreira que confundió un escalímetro con una regla de 30 cm y al descubrir su error hizo lo que cualquier científico debe hacer. Admitir y corregir el error para seguir adelante.

    Vicente Ferreira que sabía dónde estaba la playa de los gronios, las rocas de percebes, el cementerio de los dientes de tiburón y como curar un ataque de erizo de mar sin botiquín, o a pesar del mismo botiquín.

    Vicente Ferreira una vez al año coyote, lobo y conejito en nuestra presentación de cómo escoger al mejor director de tesis.

    Vicente Ferreira quien sabía que la clase es un espectáculo irrepetible donde decimos mejores mentiras para que dejar de creer en otras.

    Vicente Ferreira el académico desinteresado, el amigo honesto difícil que todos apreciamos por esa gran y única razón.

    Vicente Ferreira el paradigma de maestro, mentor, colega, consejero, cocinero y amigo que honraremos siguiendo su ejemplo hoy y siempre.

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  3. Como parte de la generación de nuevo ingreso al posgrado de ecología marina, tuvimos la fortuna y a la vez mala fortuna de conocer a Vicente por dos semanas. Digo mala fortuna porque se nos fue con apenas haberlo conocido. Sin embargo, en ese pequeño tiempo tuvo un impacto profundo sobre nosotros. Las platicas que tuvimos con el siempre las recordaremos. La que más se nos quedara probablemente sean de Vicente dándonos sus puntos de vista del porque se debe consumir carne humana ya que es la mejor para nosotros y que es muy probable que sea comida común en el futuro. Esta platica siempre terminaba con "se acordaran de mi, ya lo verán".
    Personalmente, siempre me quedará su reacción de cuando estábamos discutiendo el tema de la competencia y se me ocurrió mencionar altruismo. Esto llevo a un gran discurso y discusión con nosotros para después llegar a la simple conclusión de que el altruismo puro no existe en la naturaleza.
    Lo conocimos poco, pero lo extrañaremos mucho.
    D.E.P. Vicente
    -Jaime Perrin

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  4. Por si estoy en tiempo....

    *Vicente Ferreira*, para mi representas una persona muy dedicada y enfocada, en algunas ocasiones que compartimos estudios y trabajo, donde además tuve la oportunidad de conocerte la parte humana, brotaban en forma natural tus valores, la disposición de servir y con facilidad permitías una amistad sincera y agradable, el resultado hacia tí fue el aprecio inmediato, te agradesco profundamente que compartiste tu tiempo, tus conocimientos, tu experiencia, tu amistad y esa combinación de seriedad y alegría de vivir la vida que dejó huella en el corazón de quienes te conocimos.

    Muchs gracias.

    Víctor M. García Tirado.
    Los Angeles CA
    4 de octubre de 2017

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  5. Ensenada a 4 de octubre de 2017.
    Vicente, El Enciclopédico
    Las enciclopedias, como compendios del conocimiento, existen desde hace muchos años. Sin embargo, el término aparece formalmente hasta 1517. Era el Renacimiento y se buscaba asiduamente compilar y acopiar todo el conocimiento generado por la humanidad. Cada vez eran necesarios más volúmenes y a las naciones más poderosas les quedaba claro que el conocimiento es poder. Fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se hizo evidente que era inútil tratar de incluir en una sola obra toda la sabiduría y se fomentó la alta especialización. La pasión de Vicente era la geología, pero su conocimiento trascendía mucho más incluso que las ciencias del mar. Yo lo conocí en mis tiempos de estudiante de maestría, entre 1981 y 1983, porque era el ayudante en la clase de oceanografía. Bastaban minutos para que quedaras cautivado con sus exposiciones - nadie que hubiera tenido el privilegio de haberlo tenido como profesor estaría en desacuerdo que era un excelente docente. Años más tarde, cuando regresé a CICESE ya en calidad de investigador, no dudé un momento en invitarlo al comité de mi primer estudiante de maestría, Héctor Reyes. Se suponía que las reuniones de comité eran para apoyar al estudiante, pero la realidad era que Vicente nos enseñaba a todos. En el mismo año que se recibió Héctor, 1993, Microsoft sacó en versión de disco compacto la enciclopedia Encarta. Desde entonces yo me refería a él como "El Encarto", porque no habría nada que le preguntara que no me diera una respuesta acertada, aunque, eso sí, algo larga. Ya sea que se tratara de que me recomendara un buen restaurant, un buen vino o hasta aspectos muy personales, Vicente era mi consejero y mi confidente. Creo que a nadie le he confiado tantas cosas de mi vida como a él. Vicente se llevó mis íntimos secretos. Siempre agradeceré su discreción y confianza.
    Con los colegas que aquí me acompañan, formamos un círculo de discusión sobre filosofía de la ciencia. Generalmente Horacio era el encargado del vino y hablábamos de diversos temas de la ciencia, especialmente evolución, política científica, desarrollos tecnológicos y muchos temas más. Los estudiantes eran bienvenidos a esas tertulias y era manifiesto que el grado académico es indiferente, pues en sentido estricto, Vicente era más docto que muchos doctores.
    Cuando Vicente nació la mayoría de los habitantes de Ensenada eran de otras latitudes. Como auténtico nativo sabía de primera mano la historia de esta ciudad y puerto. Su padre había servido como asistente de Lázaro Cárdenas y su padrino fue Abelardo L. Rodríguez - no todos tienen relaciones tan directas con presidentes de la república. El contaba muchas anécdotas históricas que contradicen o desmistifican otras versiones. Ay Vicente, cómo no tenía una grabadora cada vez que conversábamos! me harán falta hasta tus regaños cuando haga una tontería!
    Se fue septiembre y qué bueno, porque fue un mes muy cruel con muchos mexicanos, inundaciones, temblores, muertos y tragedias por gran parte del país. Septiembre, el mes patrio, el mes que te vio nacer el mismo día de El Grito. Septiembre, el mes que te arrancó de nosotros dejándonos un nudo en la garganta y un hueco en el corazón.
    Vicente, estoy seguro que, por tu sencillez e irreverencia, no habrías pedido un minuto de silencio. Es por ello que les pido que se pongan de pie y lo despidamos a Vicente con un minuto de aplausos y sonrisas.
    Luis Eduardo Calderon

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  6. El profe Vicente.

    Un día, cuando acababa de empezar la maestría, un señor desconocido para mí, entró en la clase, en el descanso de dos materias y en el pizarrón dibujó 9 puntos en filas de 3. Después nos retó a unir todos los puntos con una sola línea. En ese momento, ninguno de los que estábamos allí entendimos bien porqué ese señor había entrado en clase ni qué quería. Poco tiempo después me dijeron que era el profe Vicente, y lo tuve como maestro en la materia que impartía y como mentor durante mi tesis de maestría y de manera personal a partir de ese momento.
    El profe Vicente tenía avidez por aprender, una curiosidad por la vida que no tenía límites y una manera diferente de enseñar. Y no solo en las aulas. Habría muchas anécdotas que contar de su entusiasmo, por ejemplo en las salidas de campo. Su asombro al tener entre sus manos fósiles, cuando veía las capas de sedimentos, o todo aquello que contara una historia de tiempo atrás que ayudara a explicar la vida actual, sin importar si se trataba de animales o plantas. Su entusiasmo era extraordinariamente contagioso. Salir de campo con el profe era sumamente motivante y una muy buena oportunidad para abrir la mente y ampliar horizontes.
    Todos los que nos acercábamos a él para hablar sobre algo, por insignificante que fuera, salíamos con la sensación de que esa pequeña pregunta se había convertido en una charla maravillosa donde uno nunca dejaba de aprender, donde el tiempo daba paso a la creatividad y siempre salíamos con más preguntas que respuestas, sobre ciencia la mayoría de las veces, pero también con un gran sentido de humanidad. Hoy quiero destacar de Vicente su profundo amor por los estudiantes, por la ciencia y la enseñanza, acompañado de una enorme capacidad crítica que siempre trató de transmitirnos a través de la provocación y la contradicción, para poner a funcionar nuestras mentes. Eso lo distinguió como maestro. Formó y apoyó a generaciones enteras de chicos y chicas que hoy son investigadores reconocidos y siempre con un espíritu crítico. Como me expresó en una ocasión, él no concebía su vida sin sus estudiantes, sin sus clases. Y para nosotros, tenerle como maestro y mentor ha sido uno de los mayores regalos que hemos recibido en nuestra formación profesional y personal. Agradezco profundamente en el nombre de los estudiantes y en el mío propio sus enseñanzas y el aprendizaje con él, que podremos llevar y transmitir por todo el mundo.
    Aquel día, ese señor de pelo cano resolvió el acertijo. La única manera de unir los 9 puntos era que la línea que los unía se saliese del cuadrado. Cuando terminó nos dijo que para entender lo que aparentemente vemos debemos salirnos de lo establecido, mirar y pensar más allá. Esto es algo que he tratado de hacer y sigo haciendo hoy en ciencia como estudiante de doctorado y en otros aspectos de mi vida, desde que conocí al profe Vicente.

    Gracias Profe!

    Tere Nuche

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  7. Querido amigo, que descanses en paz. Hoy todos nos encontramos conmocionados por tu partida, pero también nos sentimos agradecidos por haberte conocido y por todos los momentos inolvidables que disfrutamos a tu lado, aunque decías no querernos a nosotros los cubanos, que era por Dolores, pero todos sabemos que nos amaste tanto como nosotros a ti.
    No te olvidaré jamás!

    Griselda

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  8. A la memoria de mi amado Vicente…
    Tu Dolores de siempre...



    EL VIAJE DEFINITIVO
    Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
    cantando.
    Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
    y con su pozo blanco.
    Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
    y tocarán, como esta tarde están tocando,
    las campanas del campanario.
    Se morirán aquellos que me amaron
    y el pueblo se hará nuevo cada año;
    y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
    del domingo cerrado,
    del coche de las cinco, de las siestas del baño,
    en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
    mi espíritu de hoy errará, nostálgico...
    Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
    verde, sin pozo blanco,
    sin cielo azul y plácido...
    Y se quedarán los pájaros cantando.

    Juan Ramón Jiménez

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Homenaje póstumo

Amigos, familiares, estudiantes, colegas y compañeros se reunieron para honrar la memoria de uno de los pilares fundamentales del Departamento de Ecología Marina del CICESE, Vicente Ferreira Bartrina (1952-2017). A través de recuerdos alegres y gozosas experiencias, los asistentes celebraron la vida de un gran amigo, un gran mentor y un excelente consejero, para darle un “hasta pronto” a quien fuera definido por sus pares como un enciclopédico, un verdadero renacentista académico, una persona de gran habilidad científica y humana. Más:  http://bit.ly/VFerreira